viernes, 19 de octubre de 2007



¿qué será de mí mañana?

Abro al azar el libro "Hombre Lento" de J.M.Coetzee y su página 179 nos responde:

La cámara, con su poder de absorber luz y convertirla en sustancia, siempre le ha parecido un artefacto más metafísico que mecánico. Su primer trabajo de verdad fue como técnico de cuarto oscuro; y su mayor placer siempre lo obtuvo trabajando en el cuarto oscuro. Cuando la imagen fantasmal aparecía bajo la superficie del líquido, cuando las vetas de oscuridad del papel empezaban a entretejerse y hacerse visibles, él experimentaba a veces un pequeño temblor de éxtasis, como si estuviera presente en el día de la Creación.

Esa es la razón de que, más tarde, empezara a perder interés por la fotografía: primero cuando llegó el color, y luego cuando quedó claro que la vieja magia de las emulsiones sensibles a la luz se estaba desvaneciendo, que para la nueva generación el encantamiento estaba en una techne de imágenes sin sustancia, imágenes que podían pasar rápidamente por el éter sin residir en ninguna parte, que podían ser absorbidas por una máquina y salir de ella manipuladas, falseadas. Entonces dejó de registrar el mundo en fotografías y transfirió sus energías a conservar el pasado.

¿Dice eso algo de él, esa preferencia innata por el blanco y negro y los tonos de gris, y esa falta de interés por lo nuevo? ¿Es eso lo que las mujeres echaban en falta en él, y su mujer en particular? ¿El color, la apertura?


Sr. Brisuón: ..mañana?...eso depende de usted...

jueves, 18 de octubre de 2007

Kasandra pregunta:

¿dónde debo de buscarle?

Abro al azar el libro "Nadja" de André Breton y su página 237 nos responde:

Me contaron hace mucho tiempo una historia tan tonta, tan oscura, tan conmovedora. Un señor se presenta un día en un hotel y pide una habitación. Será la número 35. Al bajar, unos minutos después, y mientras devuelve la llave en recepción: "Perdone, dice, tengo muy mala memoria. Si no tiene inconveniente, cada vez que vuelva yo le diré mi nombre: Señor Delouit. Y usted me repetirá cada vez el número de mi habitación. -Sí, señor. Muy poco después, vuelve, abre a medias la puerta de la recepción: "Señor Delouit. -Es la número 35. -Gracias". Un minuto más tarde, un hombre extraordinariamente agitado, con la ropa cubierta de barro, ensangrentado y casi sin aspecto humano, se dirige al conserje. "Señor Delouit. -¿Cómo que señor Delouit? Basta de bromas. El señor Delouit acaba de subir. -Perdone, soy yo...Acabo de caerme por la ventana. ¿Cuál es el número de mi habitación, por favor?"


Kasandra: ... ¿en un viaje? ... habitación 35. Interpretemos, al ritmo de:

martes, 16 de octubre de 2007




Sortile9io pregunta:

¿y todo esto para qué?

Abro al azar el libro "Fahrenheit 451" de Ray Bradbury y su página 175 nos responde:

Pero ahora, le esperaba una larga caminata hasta el mediodía y si los hombres guardaban silencio era porque había que pensar en todo, y mucho que recordar. Quizá más avanzada la mañana, cuando el sol estuviese alto y les hubiese calentado, empezarían a hablar, o sólo a decir las cosas que recordaban, para estar seguros de que seguían allí, para estar completamente ciertos de que aquellas cosas estaban seguras en su interior. Montag sintió el leve cosquilleo de las palabras, su lenta ebullición. Y cuando le llegara el turno, ¿qué podría decir, que podría ofrecer en un día como aquél, para hacer el viaje algo más sencillo? Hay un tiempo para todo. Sí. Una época para derrumbarse, una época para construir. Sí. Una hora para guardar silencio y otra para hablar. Sí, todo. pero, algo más. ¿Qué más? Algo, algo....

Y, a cada lado del río, había un árbol de la vida, con doce clases distintas de frutas, y cada mes entregaban su cosecha; y las hojas de los árboles servían para curar a las naciones.

Sí, - pensó Montag-, eso es lo que guardaré para mediodía. Para mediodía...

Cuando alcancemos la ciudad.


Sortile9io: ...Algo....Algo...

lunes, 8 de octubre de 2007



ElBuhoRojo pregunta:

¿dónde acaba un recuerdo?

Abro al azar el libro "La insoportable levedad del ser" de Milan Kundera y su página 11 nos responde:

La idea del eterno retorno es misteriosa y con ella Nietzsche dejó perplejos a los demás filósofos: ¡pensar que alguna vez haya de repetirse todo tal como lo hemos vivido ya, y que incluso esa repetición haya de repetirse hasta el infinito! ¿Qué quiere decir ese mito demencial?

El mito del eterno retorno viene a decir, per negationem, que una vida que desaparece de una vez para siempre, que no retorna, es como una sombra, carece de peso, está muerta de antemano y, si ha sido horrorosa, bella, elevada, ese horror, esa elevación o esa belleza nada significan. No es necesario que los tengamos en cuenta, igual que una guerra entre dos Estados africanos en el siglo catorce que no cambió en nada la faz de la tierra, aunque en ella murieran, en medio de indecibles padecimientos, trescientos mil negros.

¿Cambia en algo la guerra entre dos Estados africanos si se repite incontables veces en un eterno retorno?

Cambia: se convierte en un bloque que sobresale y perdura, y su estupidez será irreparable.

Si la Revolución francesa tuviera que repetirse eternamente, la historiografía francesa estaría menos orgullosa de Robespierre. Pero dado que habla de algo que ya no volverá a ocurrir, los años sangrientos se convierten en meras palabras, en teorías, en discusiones, se vuelven más ligeros que una pluma, no dan miedo. Hay una diferencia infinita entre el Robespierre que apareció sólo una vez en la historia y un Robespierre que volviera eternamente a cortarle la cabeza a los franceses.

Digamos, por tanto, que la idea del eterno retorno significa cierta perspectiva desde la cual las cosas aparecen sin la circunstancia atenuante de su fugacidad. Esta circunstancia atenuante es la que nos impide pronunciar condena alguna. ¿Cómo es posible condenar algo fugaz?
El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia; todo, incluida la guillotina.

Buho: ...estamos condenados a repetirlo?.. desaparece? .. se transforma?

Es tiempo de castañas, voy a comprar unas cuantas
que tienen fósforo ...es bueno para pensar..
lo vamos a necesitar.


sábado, 6 de octubre de 2007


Anónima II pregunta:
¿Quién es esa persona misteriosa y de dónde ha salido?
Abro al azar el libro "Beatriz y los cuerpos celestes" de Lucia Etxebarría y su página 46 nos responde:
Supongo que Cat me recordaba demasiado a mi madre, así que enseguida empecé a distanciarme e hice todo lo posible por no quererla y a veces me pregunto si de verdad la quise mientras viví con ella. Pero recuerdo que la amé, o casi la amé, si esa palabra tiene algún significado, durante los primeros días, antes de encontrarme con aquellas fotos. Si Cat hubiese sido lista, habría aprovechado aquel momento. Debió explotar el instante primero en que me tuvo a su merced, debió haberme agarrado del corazón entonces, debió haber jugado las estrategias de seducción que suelen jugar los amantes, los celos, las inseguridades, los repliegues distantes sucedidos de sobredosis de sexo salvaje. Pero no lo hizo. No hubiese sabido. Ella era demasiado buena persona. Y me perdió.


Anónima II: No sabía que te gustara la Astronomía...




martes, 2 de octubre de 2007


Escéptico y Anónimo I preguntan:

¿qué podemos hacer cada uno de nosotros para suministrar al Universo el máximo de energía positiva, participando en su construcción?
¿Hay vida en otros Planetas?

Abro al azar el libro "Vinieron del espacio exterior", recopilación de Jim Wynorski y su página 331, nos responde, con el cuento "El Centinela" de Arthur C.Clarke:

...-Escuchad -dije firmemente-, quiero subir hasta allí arriba, aunque sólo sea para tranquilizar mi conciencia. Esta montaña tiene menos de cuatro mil metros, lo que equivale a setecientos con gravedad terrestre, y puedo hacérmela en una veintena de horas. Siempre he deseado escalar una de esas colinas, y aquí tengo un buen pretexto para hacerlo....

***

...El hecho de haber llegado con un millón de años de retraso no me preocupaba; tenía bastante con haber llegado.

Mi cerebro comenzaba a funcionar de nuevo normalmente, analizando, planteando preguntas. ¿Qué era aquella construcción? ¿Un santuario... o alguna otra cosa que en mi lengua no tenía nombre? Si era una construcción habitable, ¿por qué la habían edificado en aquel lugar casi inaccesible? Me pregunté si se trataría de un templo, e imaginé ver a los adeptos de alguna extraña región invocando a sus divinidades para que les salvaran la vida mientras la Luna declinaba con la muerte de sus océanos.

Avancé unos pasos para examinar más de cerca el objeto, pero la cautela me impidió acercarme demasiado. Entendía un poco de arqueología, e intenté establecer el nivel de la civilización que había aplanado aquella montaña y erigido aquellas superficies resplandecientes que me cegaban aún.

Pensé que los egipcios hubieran estado en condiciones de erigir una construcción como aquélla, siempre que sus operarios dispusieran del extraño material que aquellos arquitectos aún más antiguos habían utilizado. Debido a que el objeto era relativamente pequeño, no se me ocurrió pensar que probablemente estaba examinando el producto de una raza más avanzada que la nuestra. La idea de que en la Luna hubieran existido seres inteligentes era ya bastante difícil de asimilar, y mi orgullo se negaba a dar el último y más humillante paso.

Y luego observé algo que hizo que los cabellos se me erizaran en la nuca, algo tan trivial e inocuo que quizá cualquier otro nunca lo hubiera visto ...


Escéptico y Anónimo I: ¿Estais preparados para lo que vais a encontraros?